
Por: Rafael Read
Con él se van miles de historias. En su dilatada pero ajustada vida se mantuvo trabajando hasta el último momento en su Ventorrillo ubicado en su misma casa actividad que desempeñó con ética y mucho respeto. Formó una familia de hombres apegados justamente a lo que él les enseñó a trabajar y a manejarse todos con absoluta pulcritud. Su humildad trascendió generaciones y su Don de Gente será uno de los legados más recordados por varias generaciones.
Vaya en Paz Milciades Tejeda que Dios conceda descanso eterno. Desde la distancia mis más sinceras condolencias para todos en esa familia Tejeda/Read que tanto apreció y respeto. Particularmente me siento muy afortunado de haber tenido el privilegio de haberlo conocido muy de cerca y recibir de él un trato privilegiado toda vez que tenía la oportunidad de platicar con él. Esa zona del pueblo abajo,sin lugar a dudas, jamás será la misma sin sus expresiones sinceras y el cariño que solo él sabía dar a todos los que iban a comprar a su negocio o a visitarle.
Para mis primos Ramón, Elías y para mi «Canchanchan» de todo una vida Alfredo Tejeda Read y su hermana razones de peso impiden estar de cerca con ustedes pero desde acá espero que Dios permita puedan sentir que estamos con ustedes.
Hay hombres que nunca se rindieron a pesar de las adversidades y sin importar el camino fueron capaces de escribir una historia que siempre será recordada y que al ser contada lejos de que sólo te broten las lágrimas tendrás en tus labios la mejor de las sonrisas.